Después de un largo día de trabajo, decidí relajarme y ver una película en mi casa. Me gustaba la idea de
tener acceso a tantas películas y programas de televisión desde la comodidad de mi sofá.
Elegí una película y me senté con Max a mi lado. A medida que la película avanzaba, noté que mi atención comenzaba a divagar. Me di cuenta de que mi mente estaba vagando hacia las cosas que tenía que hacer al día siguiente y las preocupaciones cotidianas.
Intenté concentrarme en la película, pero seguía pensando en otras cosas. Entonces, me di cuenta de que Max estaba completamente absorto en la pantalla, siguiendo cada movimiento y sonido con atención. Su concentración y atención completa en la película me inspiraron a hacer lo mismo.
Decidí apagar mi teléfono y cerrar mi computadora portátil, y me concentré en la película. Me sumergí en la trama y en los personajes, y me sentí completamente inmerso en el mundo de la película.
Después de la película, me di cuenta de lo relajado que me sentía. Me había desconectado de mis preocupaciones diarias y me había sumergido en un mundo completamente diferente. Agradecí la capacidad de ver películas por streaming y la oportunidad de conectarme con mi perro y conmigo mismo en un nivel más profundo.
Esa noche, escribí en mi blog sobre la experiencia y compartí mi descubrimiento sobre la importancia de desconectar y sumergirse en el momento presente, incluso si es solo por una película. Max me acompañó a mi lado mientras escribía, y juntos reflexionamos sobre la importancia de encontrar tiempo para relajarnos y conectarnos con el mundo a nuestro alrededor.
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